martes, 11 de diciembre de 2007

Funambulista de quimeras

Un niño se columpia en un esbozo de sonrisa
juega al escondite en los ojos que le mecen
descorre las cortinas de las nubes
en párpados vencidos el sueño alcanza.

Un niño no sabe que es un muro,
una bandera, un fusil o la metralla,
responde a modelos que percibe
asume lo que no tiene y que le pasa.

Los ladrillos se vencen y desnudan las paredes
los árboles conservan su dignidad y se despiden
en las calles el fango impregna las antenas
el mordisco sin futuro de una bala.

La nada se nutre de silencios que gritan
desde los restos esparcidos de la intransigencia
en los foros se debate con mentiras
y la muerte se alimenta de inocentes.

La libertad toma el sol a la luz de las estrellas
en círculos viciosos repletos de palabras
mientras los niños se imaginan las caricias
en el fragor inútil de todas las batallas.

Octubre, 2007
Merchán