viernes, 6 de marzo de 2009

Infantil/juvenil, marzo, recomendaciones









De la cabeza a los pies. Eric Carle. Kókinos

Nada más divertido que mover tu cuerpo al compás del ritmo de los animales; con este libro podrás moverlo de la cabeza a los pies acompañado de diferentes animales.


Pablo diablo anda suelto. Francesca Simón. SM
Puedes hacer trampas en un rifa......puedes arruinar la función de navidad del cole......puedes espiar un diario secreto......puedes liarte a patadas en un partido de fútbol......puedes fingir una enfermedad para librarte de una vacuna......puedes borrarle el disco duro al ordenador de tuspadres...Pero entonces te parecerías demasiado a Pablo Diablo, y eso... no teconviene.


Mi pequeño manual de experimentos: Marie Charlotte Miron. Zendrera Zariquiey
Este libro es ideal para hacer experimentos divirtiéndose. Desdeconstruir una cometa o un teléfono, hasta crear un reloj o untermómetro.Experimentos sencillos y variados, explicados paso a paso paraentender mejor el mundo que nos rodea.­Los pequeños investigadores se lo pasarán en grande!





Kasandra y la rebelión de los niños. Fernando Dagnino. Puerta Norte-Sur

Esta es una historia mágica y heroica que, sin embargo, puede estar sucediendo a la vuelta de la esquina, en tu barrio o en algún munto de tu ciudad. Kasandra te sumerge en una aventura trepidante, con desafíos, viajes, descubrimientos, terror, amistas, valor y, sobre todo, la apasionante búsqueda de tu propia verdad. Una historia que no podrás dejar de leer hasta acabar la última letra, el último dibujo.Kasandra es en sí una revolución, es una auténtica novela gráfica, porque discurre simultáneamente a través del texto y de la ilustración; su narración se demora plácida en increíbles descripciones y recuerdos, o cobra una velocidad de vértigo en las viñetas del cómic más puro.

Tengo ganas de ti. Federico Moccia. Planeta

La esperada segunda parte de A tres metros sobre el cielo. Los protagonistas sellarán su relación con un candado en el Ponte Milvio de Roma. El «fenómeno Moccia» continúa: millones de jóvenes italianos imitan a los protagonistas de la novela y cuelgan en el puente candados con sus nombres. Son los candados del amor. Y hay tantos que su estructura, del S. III, ha empezado a resentirse y a peligrar a causa del peso, e incluso el alcalde de la ciudad ha tenido que intervenir. Un maravilloso ejemplo de cómo la realidad emula a la ficción.